“La inversión para ganar un segundo de ventaja en Fórmula 1 ronda los 200 millones de euros”
“El factor fundamental en competición es el resultado y la diferencia entre el ganador y el resto es cuestión de décimas de segundo. Las inversiones se hacen para buscar ese último segundo que es el que brinda la victoria, pero ganarlo requiere mucho dinero. Un segundo en Fórmula 1 puede representar una inversión aproximada de 200 millones de euros”. Así dibujaba Enrique Héctor Scalabroni, ingeniero industrial con una amplia experiencia en el mundo de la competición y la Fórmula 1 (Dallara Automobile, Ferrari F1 con Alain Prost, Willians y Lotus F1, entre otros), los niveles de exigencia hoy en el mundo de la competición automovilística.
Scalabroni ofreció una conferencia titulada “La importancia de la aerodinámica en la Fórmula 1” para los alumnos de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Nebrija, en la que estuvo acompañado de Alberto López Rosado, director de la Escuela Politécnica Superior y Escuela de Arquitectura, y de Timoteo Briet Blanes, Doctor en Ingeniería Industrial, experto en competición y profesor.
En ella, y más allá de las cifras económicas que se mueven en este negocio, Scalabroni explicó el papel estratégico del cuerpo de ingenieros. “Los grandes campeones nunca levantan el pie, por eso la ingeniería es la responsable de garantizar al piloto que el automóvil responde a su calidad de conducción. Un coche de competición es el resultado de mucha ingeniería, matemática y física aplicadas”, aseguró.
El prestigioso ingeniero referente en Fórmula 1 hizo un repaso al proceso de diseño y creación de un automóvil de competición y ofreció las claves para triunfar en él. Explicó a los alumnos que el proyecto bien logrado se define por el equilibrio: “Es aquel donde cada parte es altamente regular pero ninguna perfecta. Un proyectista debe tener la mente muy bien equilibrada para ver cómo organizar todos los elementos y lograr la mejor eficiencia de cada una de las partes (sistema de suspensión, transmisiones, frenos, etc.) sabiendo que no se puede llegar al 100% de perfección”, afirmó.
Tampoco se olvidó del campo de la seguridad. Como explicó, “en todo proyecto de diseño de un automóvil confluyen dos partes: una racional y otra sentimental. La racional hace referencia al proceso de diseño frío y calculado que se hace para tener el mejor resultado y la parta sentimental es todo lo que se aplica en el cálculo estructural para proteger la vida del piloto”. En este sentido, Scalabroni reconoció que no se puede resolver el 100% del riesgo, pero sí que se debe trabajar en entornos de seguridad: “En competición hablar de condiciones de seguridad significa trabajar en entornos del 85%-90% de riesgo controlado”.
Respecto a otro de los aspectos determinantes de la competición, el reglamento, Hector Scalabroni desveló su visión sobre cómo ha de gestionarse: “Hay que conocer muy bien el reglamento, pero esto no quiere decir solo leer y hacer lo que en él está escrito. Lo importante realmente es leer el reglamente y comprender lo que no está escrito. Los grandes proyectistas, responsables de coches ganadores, poseen esa capacidad para comprender lo que no está escrito y, no siendo contrario al mismo, aplicarlo. Aquí radica una de las principales ventajas competitivas”.
Para concluir, el experto ofreció a los futuros ingenieros su receta para el éxito: “La creatividad, la voluntad y la pasión son los que nos permiten ver y resolver anticipadamente los problemas que se pueden deparar en el futuro”.
FUENTES
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